Guerra, exilio y retorno
Durante la Guerra Civil fue nombrado Director General de Educación Primaria por José Giral, entonces presidente del Gobierno. En ese periodo su hotel fue incautado, y él se exilió a Valencia, Francia e Inglaterra, donde ejerció como profesor. Tras la contienda regresó a España, siendo juzgado y sancionado por el régimen franquista. Tras pagar una multa, recuperó sus bienes, se retiró de la vida pública y centró sus esfuerzos en la gestión de su patrimonio.
Testamento y nacimiento de la Fundación
Don Ramón falleció en 1966. En su testamento, instituyó como heredera universal a la Fundación López Rumayor, con el fin de atender a personas mayores de forma digna, integral y humana. Donó también importantes sumas al Ayuntamiento de Madrid, a decenas de entidades sociales y religiosas, y garantizó ayudas a los trabajadores que le habían acompañado durante su vida.
Desde su creación en 1969, la Fundación ha mantenido viva su voluntad de servicio. La Residencia López Rumayor es la expresión tangible de ese compromiso.
Legado
Don Ramón vivió en Madrid, trabajó en y por Madrid, y creyó profundamente en el poder transformador de la educación, la cultura y el cuidado. Durante décadas, tanto él como su Fundación han permanecido en un discreto segundo plano, a pesar de su impacto.
Hoy, con la mirada puesta en el futuro y el corazón fiel a sus valores, es el momento de reivindicar su figura y su legado. Porque la vida de Don Ramón López Rumayor no solo cambió su tiempo: sigue inspirando el nuestro.